sábado, 7 de mayo de 2011

El Tribunal Constitucional

La reciente sentencia del TC de autorizar las listas de Bildu me ha parecido muy bien. Pero lo que me parece mal es que el TC exista para dirimir estas cuestiones. Los jueces del TC, como el resto de los jueces, tienen muchas dificultades (o muy poca honestidad intelectual) para separar sus opiniones políticas de sus argumentos jurídicos. La prueba es que la línea de fractura ideológica dento del mismo es conocida, y las posiciones respecto a una sentencia de carácter político, como esta, es casi siempre predecible. Para tener un órgano que decide en cuestiones políticas con criterios políticos ya tenemos al parlamento, que al menos ha sido elegido por los ciudadanos. El TC debería eliminarse de la escena política de una vez por todas. Y no es tan difícil. Habría que cambiar la constitución (supongo que el TC no tiene nada que decir en ese caso) de forma que la intervención del TC en cualquier cuestión pueda ser bloqueada por una minoría parlamentaria (es otra forma de decir que la intervención del TC deba ser respaldada por una amplia mayoría). De esta forma, no tendríamos al TC como árbitro de las peleas políticas entre PSOE y PP. Es lo que pasa aquí en el Reino Unido, donde la cámara de los comunes hace y deshace y no hay ningún tribunal que decida si una ley vale o no vale.