sábado, 21 de abril de 2012

Inequality and meritocracy

I have prepared a couple of graphs comparing several rich countries inequality levels and the effects on meritocracy. Inequality is measured by the Gini coefficient (1= total inequality, 0=total equality).
The first graph shows how the redistributive effect of taxes always lower the levels of inequality, but in some countries the effect is much larger than in others.The effect is most pronounced in Germany and Italy, and small in the United States.
 Meritocracy is measured by how strong is the correlation between the income of your parents and your own income later in life. The stronger the correlation in a society, the less meritocratic it is. It means that the poverty trap is more difficult to escape, whereas the rich kids will probably stay rich in adulthood.
The second graph shows a strong correlation between inequality and meritocracy, as can hardly surprise anyone.
There are a few odd things, however. Canada manages to achieve much more social mobility than Spain with very similar levels of inequality. This is possibly due to their exceptional education system as evidenced in their high scores on PISA. France's relatively low levels of social mobility has probably other factors, such as a significant exclusion zones in the banlieues. The three countries with less social mobility (Italy, UK and USA) are also those with higher inequality of income after redistribution of taxes. As for the USA, the data show that the American dream is alive and well - if you live in Norway.



viernes, 20 de abril de 2012

Salirse del euro es difícil, pero no imposible

A estas alturas pocos economistas creen que el euro sea bueno para nadie. Desde luego, no para España. Pero existe la opinión generalizada de que el euro es irreversible. Que salirse es imposible.
Bobadas. Claro que es difícil, pero de imposible, nada.
La historia reciente está trufada de uniones monetarias que se han disuelto. Un ejemplo es Irlanda y el Reino Unido (disuelta en 1979). O Rusia y los estados de la antigua Unión Soviética (de 1991 a 1993).
A primera vista, la cosa parece fácil: Vd. cobra 50.000 euros al año. A partir de mañana, cobra 50.000 nuevas pesetas. Las tiendas pasan sus precios a nuevas pesetas. El Banco de España devalúa la nueva peseta un 20%, volvemos a ser competitivos, los turistas acuden en masa y comienza la recuperación.
¿Y qué pasa con su hipoteca de 100.000 euros? Si se queda en euros se vuelve muy cara y no la va a poder pagar... Bueno la hipoteca también pasa a ser de 100.000 nuevas pesetas. ¿Y esos ahorillos de 40.000 euros?
Pues también pasan a ser de 40.000 nuevas pesetas. Pero aquí viene el problema. Vd, que sabe que eso va a pasar, retira del banco los 40.000 euros y los deposita en un banco alemán, con lo que ganará un 20% de la noche a la mañana. Buen negocio. El problema es que tendríamos un pánico bancario, en el mejor estilo de Mary Poppins. Para evitarlo tendríamos un corralito.
Pero es peor. Si el banco que le concedió a Vd la hipoteca es holandés, Vd le estará pagando en nuevas pesetas, devaluadas, mientras que el banco debe a sus depositantes lo mismo que antes - en euros. El banco puede quebrar fácilmente.
La mera sospecha de que esto pueda pasar ha provocado ya una fuga de capitales desde los países del sur al norte de unos 350.000 millones de euros. La situación puede ser peor si las sospechas ganan fuerza.
Y luego están los contratos entre empresas españolas y alemanas, por ejemplo. Su empresa le debe a una empresa alemana un millón de euros por unas mercancías. De repente, su deuda pasa a ser de 1.200.000 nuevas pesetas, sin que sus ingresos aumenten. Cuando se hacen contratos en una moneda extranjera, las empresas se aseguran contra el riesgo de devaluación contratando un seguro de cambio, pero claro, en este caso no se hizo (y ya es tarde).
Es evidente que debe hacerse por sorpresa. Las transacciones bancarias quedarían suspendidas por unas horas, mientras se procede a la devaluación. Se extreman los controles fronterizos para evitar la fuga de billetes físicos. Los billetes en poder de los bancos son estampados con una marca de forma que sólo sean válidos en España, mientras se procede a la impresión de nuevos billetes. Esto no soluciona el problema de nuestro pobre banco holandés, ni sus 200.000 euros extra de deuda a la compañía alemana. Pero para esos problemas hay un poco más de tiempo. Ahora mismo hay mucha gente pensando soluciones de este tipo. Pero por supuesto que se puede hacer.